lunes, 3 de enero de 2011

si el árbol ama a la roca...






Sueño con un beso que fuera todo él

Nada…es verdad,
no puedo decir luna… Amor, amor, amor
Acepto este silencio, una vez más luz, desnudez, cosmos
Y soy verde delicado como el dolor que me atraviesa

Río y lloro por los dos, todo es dentro, colmillos
Pasean tus manos.
No son espacio
 Me olvido de mí.
El aire que entra en mis pulmones, viento como  dardos
Todo carece de  en su centro música, sin sentido,
Siempre esa música que suena en el fondo
Todo sin hoja, pájaro sin daño
Todo pertenece a otro lugar primero, embriagado celeste, marítimo

Cosas mías, verdaderamente mías
Lo que cambia, lo que tengo, lo que vivo
Corro, escribo nada, y bailo. Canto crudo en luz
Acepto tu ausencia, pero no renuncio a olvidarte
Tú el que me cernida suavemente en sus labios.
Digna de abrigarme desde el mar, con tus brazos

Tú, como yo, sólo con lo que es
Tú al otro lado del teléfono cada noche.
  el lugar, el que podía hacerme creer que yo era un  ángel
El que me llamaba igual que flores sin nada
Polen sin refugio
Todo fuego, todo sueño y luz, el músico ¡Rosa y rosal!
Flores sombra, todo soles nido, piedras garfios y lunas, lunas…
Lentas estrellas como barrancos, como nubes, como cuerpos a dentelladas
Engullidos en el todo, en lo que no cesa, el párpado, el cenit
Impulso en este beso que ¡ay! nadie posee ahora
Cuerpos como la muerte en la calle
En el sí, de la magia, dulces de tierra.

Quisiera verte, abrazarte, tan lejano y distinto
Otro yo mudo, entre todos ellos lo sabe

Qué sustancia de  luz es no tener
Este amor transporta esencia  de paredes y puertas de cobre
Sonámbula de voz y vacío, pena en tu ausencia
Quiero besarte impar y desierto
Sueño con el amanecer donde estás tú,
 solos indivisibles

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