martes, 19 de julio de 2011

As-sumut VI


Qué distinto proceso, qué distinto camino
nos acercó a ese primer café.
Un café que ahora figura lejano, imaginario.

La esperanza y el desasosiego.
La certeza quebrada, que siembra mi nombre en la arena de Tánger,
 y esconde, sabiendo que no entiendo:

“aini asertuki habibachi”

Tan hermoso y perfumado este embalaje,
de bruñidos zapatos, que te envuelve.
Mi animal bello. ¡Tan hermosa criatura!
Y tu boca cincelada, carnal, pulpa tierna.
Cómo no besarla, cómo no besarte.

Ya son las cinco de la tarde.
Un rayo atraviesa el dosel grana, sobre mi puerta,
un mudo quebranto de cisterna se derrama.
Desaparece la incertidumbre, se inclina la balanza.
Ya no hay duda:
Tú, sí eres ese tú esperado.
 

domingo, 19 de junio de 2011

Eso y nada más.


Eso y nada más.
El sol siempre equivocado
recorre un paisaje con la empuñadura de piedra,
construido de signos de cobre,
de los segundos que no me das.
Tú no eres atardecer, ni resbaladizo jabón,
ni la segunda letra de blanca pesadumbre,
extranjero de una trinchera deslumbrante.

Otra esfera hace un mapa.
De ningún lugar me toma.
Mientras me crece tu nada abisal,
mi garganta busca infinitas voces veladas,
que se aprietan en mi pecho fugitivo.
Sobre mi cerebro, vagando sin rumbo
lo qué busco en ti.
Cuido, rodeando los invernaderos,
los filamentos que te alumbran.
Balizas lanzo, que no lucernas,
como aviones trazando círculos sobre un incendio.
Exactos mis párpados de viento, que se derriten como la cera,
desmantelan las horas,
 ya sin nombre los días, sin ti.

sábado, 11 de junio de 2011

As-sumut V


Desde que tú te hallas,
voluntad, consentimiento.
Tú ocupas ese centro del mundo,
todo magma, densa matera caliente.
Construyes con tus palabras un paraíso cerrado,
un asiento, mi cama, un refugio.
La única y extensa colcha en la que reposo,
se forja desde tus labios.

Porque tú me amas amado, amigo,
bebo en tus pechos, respiro tu piel.
Nocturna tu hermosa  piel, todo sol.
Arcilla húmeda, bronce, esencia de cedro, tierra.
Sí, tierra…
en ti abrazo la tierra.
Todo carne, cetro, figura, joya, danza.

En ti anida un pájaro y un niño.
Se ríen y danzan descalzos sobre la arena y en el río,
destruyendo cómplices, perversos castillos, inagotables jaulas.


domingo, 29 de mayo de 2011

As-sumut IV


 Eres lo que leo en los periódicos,
Barcas a la deriva, sudarios niño,
la luz esquiva.

Porque tú me amas amado,
mi voz se torna hermosa y nada entre los semáforos,
sobre el asfalto, como si tuviera alas de alambre.
Como si fuese neón o el delgadísimo espacio entre las manos.
Como el río que me viste,
o la malla oxidada, médula de residencia.
Por que tú me amas hay silencio.
Todo se transforma,
las horas, la distancia, los kilómetros.
Cada llamada es carne que labra sustancia.
Extiende dilatados puentes,
suspendidos en la respiración acompasada de las velas.

Tu voz:
aliento diesel, criba.


lunes, 9 de mayo de 2011

Jueves



No te precipites, nos cubren las caracolas
las fulgurantes estrellas que amó Vincent,
las que navegaban sobre el ala de su sombrero.
Rigurosas acunan mortíferos pájaros.
Pálidas sobre todos los velos…
en el aire, sobre mi el alma
a hombros de un ciprés blanco.

No te precipites, háblame desde la calma.
No estoy hecha para los soberbios,
Sólo para los brazos amantes.
La belleza no es nada, hábiles y suaves pupilas.
Desfile incesante de andamios miedosos.
Esas alas de cera que da el mercado
suspiran, enferman el viento con su inmenso jadeo.
Me dañan.

No te precipites, tómame como un trozo de pan caliente.

Yace a mi lado
Sobre un jueves de eterna madrugada
Ahora, sobre una noche estrellada
piel, saliva, poema, pintura, música
o sólo voz
o sólo nada. . .
Más que nada
abrazo
te quieros que se hunden
empapándolo todo,
dentro.
Amamantándome.