lunes, 10 de febrero de 2014

Esta noche




Implorada quietud este clamor vestido con cenizas.
Esta noche donde plantarme blanda y ceniza, para buscar a quien me busca.
Ese comenzar, las estancias del faro sobre un miedo luminoso
donde lamer palabras oídas, acotadas, recortando la luz

Tú el refugio,
una luz extendida como lana sobre el horizonte.
Un lugar donde amansar nuevos naufragios y muertes
llamado pronombre, llamado filo
Huele a nuca. Sabe a risa. Por fin nosotros no existe.

O tal vez otro difícil tambor que de pronto anega mi memoria
una contracción empujándome ajena,
opaca , sobre el pecho de cualquiera.
Que siente con diferente nitidez y me confirma el quebranto.
y me avisa que el cambio es cantar de adentro hacia afuera.

Cansados, o simplemente ausentes
delante de un cuadro describo a los enanos, a los ausentes,
desactivadas máscaras.

... ¿llegará a formar parte de tu mundo mi pronombre?

domingo, 9 de febrero de 2014

Al aire, a favor del silencio















Al aire, a favor del silencio.
Casi, la paz
Anticipadamente esta carne, se hunde en la penumbra
ante el pesado oropel, ante la bestia
vomitando sin límites , más allá de las deshidratación.
Después, ya veremos

Una desolación que no tiene dónde apoyar la cabeza 
camina conmigo,  
toda alcantarilla.
Somos así de fanáticos:

Yo me he vuelto casi instrumento,  medusa, o alas donde dormir.
Eso es todo, manso circo.
 O sólo buenas noches, como un aviso.
Un cerco de vaho deshojado sobre el retrovisor
no deja ver nada.
 Mi  armadura barre la despedida sin miedo.
Nunca es bastante celeste, ni fiero, ni pulpa

Después, ya reviviremos todos los fantasmas
Sí, con la inocencia de un perro manso.
Pero por hoy, ya vale de asombro.

jueves, 7 de marzo de 2013

sábado, 2 de marzo de 2013

PENSAMIENTO DE ÁRBOL



 
 
Soñé que te alcanzaba.
La máquina segregaba sin vacilar planetas por una cerradura.
Y yo era la pupila más pálida y sombría que habías besado.
La piedra, a través de la que mirabas, idilio estúpido,
pensamiento de árbol.
Y sólo eras una roca,
que salvaje había encontrado conversando con un río.
El alfabeto que nunca comprendí.
El nocturno que habíamos alquilado.

Hubiera preferido recluirme en el patio a coser llagas.
Y sin embargo, allí estaba, reptil, dispuesta a hacer todo lo invisible.
Todo emergencia, dominio absoluto.
 Abrojos en tus manos.
Siendo tan vidrio, no-recuerdo las otras ausencias.
Me entrego, en absurdas transpiraciones, con los ojos hinchados.
Las máquinas, perforadoras de almendros, cada vez más inútiles,
ya sólo nos sirven para no sepáranos de los muertos.

Tal vez desde otros libros, con sus miles de implantes,
o a través de un prisma construido de animales, pudiera reconocerte.
Pudiera revelarte el dolor que alojo.
Esas elecciones angustiosas, con sus enormes vientres.
Este gabán y sus alucinaciones.
Conciencia, en la que se desparraman sentido y soñar
con sus falsas promesas.
Lo poco y la nada, esa mesa de forma torpe,
Que parecías servirme. ¡Oh necia!
Mi pequeña imbécil, mi dulce compañía, cansada te abrigo sin dueño.

Siento que la vida tiene un sentido estrafalario y delicado de ordenar
nuestra inconfortable, dispersa, mala luz.

Aspiro a no despertar de este modo delirante
a huir para siempre hacia el oeste o hibernar en tu costado
Ni tal desengaño me sirvió de hogar.

Pero no: al oírte, como en una bodega envuelta de hipnóticos lóbulos
ese vago sentimiento, parecía mataderos de extrañas risas
o tal vez una tribu serpiente trazando tempestades.
Y allí no encontré escalpelos limando tus labios o
los versos criminales de tu cara.
Raido lo humano es allí donde perdí la voz.

Di a luz pequeñas y perversas plumas hechas de plasma

Por qué lo que te rodea no es más que descabellada carnaza.
Y no es tu grupa abisal, ni el enorme caos lo que me atrapa.
Que ya no queda nada de nosotros y aquí me planto.
Que todo acaba teniendo sentido, hasta lo más nimio,
este segundo antes de despertarme,
lo que está por venir,
acaba concretándose como tu dedo señalándome.
No soy o no me mereces.


lunes, 25 de febrero de 2013

PULPA ES EL SIGNO



PULPA ES EL SIGNO

Miedo mi pronombre
El signo se descubre en los artefactos que explotan al recordar
No son bajas en tiempos de crisis,
ni la memoria de una loca
Ni lo que se esconde en un vaso
ni la mirada perdida sobre el muro, que está ahora justo aquí,
frente a mí.

Miedo al hambre de decir.
Miedo es el signo
Es carne sin pulpa que se adhiere a la respiración.
Es pulpa negra, huérfana, cansada de buscar su identidad.
Es lo que te hace correr desolada sobre esta muerte de papel .

Es difícil combatir el miedo, es más que bombas
Ellos los que tienen la palabra verdadera, no yo.
Ellos como lobos.

Espero con ojos como pájaros de mármol
y sé que estoy convaleciente
pero veo que las armas tienen miedo a las víctimas.

¿Acaso soy yo la bestia?
Tal vez mi silencio me convierta en eso
pesadilla, armadura.
Como escupirse a puñados, como arrancarse las uñas.

Habláis de vida…
si mi escenario se desanda hacia una remota ametralladora.


lunes, 22 de octubre de 2012

ENTONCES LA OTRA PAZ




Como si los pájaros fueran campanas
 la paz ha  llegado a pecho abierto,
también en una copa, redonda y almohada.

Entonces la otra paz, el lugar para multiplicar ordenado deleite
los imposibles días de la conciencia y el alba
se agotan definitivamente en nido sonoro
coronas de alimento.
De mis guirnaldas violeta, cumplido camino.

Y se volvía mudo regazo sobre blandos lechos esta noche de octubre
un horizonte mojado.
Escrita sobre solemnes pasos de lengua y fruta.
Observo extranjera, su frenético vaivén sobre el espejo de la habitación 106.
Reclamaba un oído o axila, abismos de fuego.

El muelle, la hierba, la arcilla descansan
como dos alas de musgo rotundo.