lunes, 22 de octubre de 2012

ENTONCES LA OTRA PAZ




Como si los pájaros fueran campanas
 la paz ha  llegado a pecho abierto,
también en una copa, redonda y almohada.

Entonces la otra paz, el lugar para multiplicar ordenado deleite
los imposibles días de la conciencia y el alba
se agotan definitivamente en nido sonoro
coronas de alimento.
De mis guirnaldas violeta, cumplido camino.

Y se volvía mudo regazo sobre blandos lechos esta noche de octubre
un horizonte mojado.
Escrita sobre solemnes pasos de lengua y fruta.
Observo extranjera, su frenético vaivén sobre el espejo de la habitación 106.
Reclamaba un oído o axila, abismos de fuego.

El muelle, la hierba, la arcilla descansan
como dos alas de musgo rotundo.


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