jueves, 31 de marzo de 2011

As-sumut -II


Eres esa caligrafía alargada,
que reposa en mi costado, entre la ensalada y el lúpulo.
Eres el vibrante trazo azul, que cobalto define el horizonte.
Eres lo que se atrapa y sostiene preciso en la copa.

¿Serás tú el barquero?

Eres la minuciosa y geométrica áurea de las flores,
o un collar de caléndula y sándalo, que se desvanece.
El signo naranja o la sombra.
La palabra.

Eres perfumado vahó, humedad hecha laúd.
La hermosa y trémula voz que me acompaña, medita y arrulla.
La palabra que me lee cada noche.
El que canta árabe desde el cobre y la espiral.
La voz que amo.
Eres la palabra diáfana, armilla, soga y patíbulo.
Estuco, arra.
La palabra que torsiona, teje y desteje o astrágalo.

Cada noche, la espera que no es distancia,
traspasada de besos, de silencios de hilo.

jueves, 24 de marzo de 2011

As-sumut


Porque yo te tengo,
las piedras paren abrumadas redes,
los pozos que habitan en la tierra de los pájaros,
las orillas y las máquinas
cantan conmigo.
Titánicas, las aceras derraman coaguladas amapolas menstruales.
El impío dolor que antes estrangulaba la luz,
se diluye mutilado y entumecido.

Eres la piel con la que se despierta el día.
Tierra de labor o mosaico almohade,
esponja.
O la huerta húmeda sembrada de palabras,
de rosas inmensas de mi edén.
O el combatiente pájaro de la noche.

Estás hecho de las delgadas lenguas,
que tejen leales la urdimbre del paño que respiro.
No puedo pesar los pétalos de mi camisa enamorada.
Cardinal, esencial o sólo piel.
Todo incendio.
Necesario o sólo pasos,
que enhebro como una infusión que despierta.





jueves, 17 de marzo de 2011

Tus labios lo que te pido






























Yo te requiero entre las sombras
piel, delicadísima rama
Náufraga he confundido tu  boca con una campana
Te invento medicinal, carnal, pulpa, saliva
nuca pálida de narcótico aroma
Vendas minuciosamente el grave vacío aquí sembrado
la insoportable, voraz sombra
de pálida jaula, como una campo yermo
Límites borras, andrajosas cárceles
con que fraguaron opacas emboscadas
punzones, sordas sondas

Signo de indescifrable transparencia
No existes, eres sólo en mí
un instante de mi juicio desterrado
Un invento del dolor, oscura burla
¿Por qué toda esta sangre sumisa?
Se que nada importan
la triste paciencia, el débil llorar oleaje de guijarros
para estar aún más solos

Me arrojaron en la tierra, como ahora, boca abajo
contra el sueño, tan leve
Sirvieron espadas en mi mesa
Áspero sitio azul, metamorfosis, deriva insoluble, nada
Y aunque se precipite sepultado el amor
Y sin que tus ojos me aseguren cálidamente la luz
Basta el deseo como plumas
estrábico horizonte
inalcanzable torbellino, embudo que desafía ausencia
¡Qué importa!
…al fin despierta…
Aunque ahora me de cuenta que me duelen los huesos
y aunque ahora sienta como me extingo
Naufraga en una tristeza de deriva imborrable
sin mástil al que atarme mientras rujen los tiranos
Y no es venganza
sólo vendar esta sombra con tus labios lo que te pido

Qué importa…
...al fin despierta en insoluble retirada
Y tú confundes al miedo y al azar
Entre negro fondo de colmillos y el amo aquí.















lunes, 14 de marzo de 2011

arroz o un pájaro que vuela

Donde sobran las palabras
Mana densa la felicidad
Como una transfusión de pulsos perfectos
Buscando lo íntimo, lo esencial
El arroz o un pájaro que vuela
Vaho y el silencio coagulándose lentamente sobre los cristales
Trazando húmedas caligrafías
sobre el río y la niebla que se extienden al sur
Sobre los árboles blancos, blandos
Sobre tu sonrisa, linfa, cuna, deseo
Así nos vamos aproximando a lo que entre líneas es


domingo, 13 de marzo de 2011

Y tal como no lo deseo...


















Y tal como no lo deseo, sólo quiero expresar
sin las mangas, este cansancio conocido que me duele tanto
Remachar las cuadernas de mi costado descosido
Este destierro desprende con su propia ira, oscuros silencios
Armadura que alcanza otras formas
como el árbol del hambre
el de la certeza del retorno a la ciénaga

Sin olvidar que existo
espadas cada tarde en mis ojos ebrios
Son pájaros expulsados del paraíso
Las penas de amor como escenario

El cielo y la tierra me ven desnuda en el laberinto
Y al final del día o de una noche o de mi vida
la absolución del exilio
que como un príncipe deslenguado
aún no ha cumplido con lo prometido.