sábado, 5 de marzo de 2011

Ofrenda


Sueño y al volver a la superficie del agua
ruedo, veloz serpenteó como un ovillo
Todo lo urbano me perfora cada gramo
Mi vientre se revela como una escudilla marchita
El mundo del tamaño de la oscuridad que habito
 de mis pies descalzos
llamaba golpeando minuciosamente
se desploma con los ojos borrados
Pronto la sombra de fuego saboreará el ritmo lento de mis arrugas
Pesados huecos, hienden el pecho de mi agotado laberinto...
desapareciendo bajo las gimientes y sosegadas aguas
recostada en sus velos…

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