domingo, 19 de junio de 2011

Eso y nada más.


Eso y nada más.
El sol siempre equivocado
recorre un paisaje con la empuñadura de piedra,
construido de signos de cobre,
de los segundos que no me das.
Tú no eres atardecer, ni resbaladizo jabón,
ni la segunda letra de blanca pesadumbre,
extranjero de una trinchera deslumbrante.

Otra esfera hace un mapa.
De ningún lugar me toma.
Mientras me crece tu nada abisal,
mi garganta busca infinitas voces veladas,
que se aprietan en mi pecho fugitivo.
Sobre mi cerebro, vagando sin rumbo
lo qué busco en ti.
Cuido, rodeando los invernaderos,
los filamentos que te alumbran.
Balizas lanzo, que no lucernas,
como aviones trazando círculos sobre un incendio.
Exactos mis párpados de viento, que se derriten como la cera,
desmantelan las horas,
 ya sin nombre los días, sin ti.

sábado, 11 de junio de 2011

As-sumut V


Desde que tú te hallas,
voluntad, consentimiento.
Tú ocupas ese centro del mundo,
todo magma, densa matera caliente.
Construyes con tus palabras un paraíso cerrado,
un asiento, mi cama, un refugio.
La única y extensa colcha en la que reposo,
se forja desde tus labios.

Porque tú me amas amado, amigo,
bebo en tus pechos, respiro tu piel.
Nocturna tu hermosa  piel, todo sol.
Arcilla húmeda, bronce, esencia de cedro, tierra.
Sí, tierra…
en ti abrazo la tierra.
Todo carne, cetro, figura, joya, danza.

En ti anida un pájaro y un niño.
Se ríen y danzan descalzos sobre la arena y en el río,
destruyendo cómplices, perversos castillos, inagotables jaulas.