lunes, 9 de mayo de 2011

Jueves



No te precipites, nos cubren las caracolas
las fulgurantes estrellas que amó Vincent,
las que navegaban sobre el ala de su sombrero.
Rigurosas acunan mortíferos pájaros.
Pálidas sobre todos los velos…
en el aire, sobre mi el alma
a hombros de un ciprés blanco.

No te precipites, háblame desde la calma.
No estoy hecha para los soberbios,
Sólo para los brazos amantes.
La belleza no es nada, hábiles y suaves pupilas.
Desfile incesante de andamios miedosos.
Esas alas de cera que da el mercado
suspiran, enferman el viento con su inmenso jadeo.
Me dañan.

No te precipites, tómame como un trozo de pan caliente.

Yace a mi lado
Sobre un jueves de eterna madrugada
Ahora, sobre una noche estrellada
piel, saliva, poema, pintura, música
o sólo voz
o sólo nada. . .
Más que nada
abrazo
te quieros que se hunden
empapándolo todo,
dentro.
Amamantándome.
 

No hay comentarios: