Es
casi como ignorar
luna
extinguiéndose ciegamente.
que
imperceptible nos lleva al matadero.
Ruina
repleta de hierros azules clavados en la arena.
En realidad es sencillo llegar
hasta
He repartido tanto dolor, besado
tanto dolor.
de belleza
que
no es bondad.
De
la verdad y la crueldad.
Dentro de este abrazo impuro,
al amparo de la oscuridad
en el balcón que se asoma a la
humedad de la noche.
Poseo toda la redención que
dan los
Todas sus
formas de silencio y derrota.
Seducida sobre los límites que imponen los bufones.
Convencidos de la mentira que hemos sido
vamos en el vagón de los posesos
ya
no respiramos color que se extiende en el futuro
Tu
boca me duele, me muerde furiosa
quiero
ignorar tus ojos incendiarios
¿Por qué debo servirte los
besos desde el dolor?
¿He sido tan infame?
Tú
mismo te engañas sin límite
¿Por
qué me sirves en tan descarnado striptease?
huesos,
huecos de papel que se reflejan en la pulpa del
espejo.
Aquí
no ha quedado casi nada en pie.
Una sofocada forma de lucha va cosiendo el universo
los arbustos perdurables del amor, tras la luz del exilio.
Y entro en lo que disolviéndose temo, submundos,
ese horizonte sabiamente frágil
arqueándose sobre el ala de mi sombrero.
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