Silencio elegido
Un hilo invisible levanta cieno
Auroras desde el interior
Enhebro tan lentamente el deseo de estar a tu lado
Tu hermosa voz escuece
castiga cada pedazo de esta fascinación errante
Mi boca rota vence hasta la luz, que no es noche
Todas las noches de tu cuerpo
Continente de exquisitos frisos
Hermosa estancia que acaricia sin velo la luz ebria
La flor y el pájaro cegador
se sumergen en las aguas turbias y oscuras
que anudan seda en tus manos,
Sobre mi vientre, de tus labios lámpara de fuego
Ese reloj de sol que crece y late
me lleva incapaz de entender tu tiempo
aterrador y frío como el paisaje esencial en el que trabajas
Hombre estás hecho de hielo o desventura
como un duelo desalojado de esperanza
de sin latido, ruta.
¡Eh amigo! despierta
Qué entumecida forma de vivir te impide verme
Qué espera tan rota vivo
2 comentarios:
:) Sin palabras,...
Bellísimo. Sutil y al mismo tiempo muy expícito, si es que se pueden conjugar ambas cosas.
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