TAL Y COMO NO LO DESEO
Remachar las cuadernas de mi costado
descosido.
Y tal como no lo deseo
y sólo con articular sin las mangas
este cansancio conocido,
que me duele tanto.
Este destierro, desprende
con su propia ira
oscuros silencios.
Esta armadura alcanza otras formas
como del árbol del hambre,
el de la certeza del
retorno a la ciénaga
Sin olvidar que existo,
espadas cada tarde en mis ojos ebrios.
Son pájaros expulsados del paraíso.
Las lecciones del desamor como escenario.
El cielo y la tierra me ven desnuda en el laberinto
Y al final del día o de una noche, o de mi
vida
la absolución del exilio.
Que como un príncipe
deslenguado
aún no ha cumplido con lo prometido.