lunes, 19 de marzo de 2012




TAL Y COMO NO LO DESEO


Remachar las cuadernas de mi costado descosido.
Y tal como no lo deseo
y sólo con articular sin las mangas
este cansancio conocido, que me duele tanto.
Este destierro, desprende con su propia ira
oscuros silencios.
Esta armadura alcanza otras formas
como del árbol del hambre,
el de la certeza del retorno a la ciénaga

Sin olvidar que existo,
espadas cada tarde en mis ojos ebrios.
Son pájaros expulsados del paraíso.
Las lecciones del desamor como escenario.

El cielo y la tierra me ven desnuda en el laberinto
Y al final del día o de una noche, o de mi vida
la absolución del exilio.
Que como un príncipe deslenguado
aún no ha cumplido con lo prometido.
 

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