martes, 26 de abril de 2011

...y aquí estoy


…y aquí estoy



En mi, la decisión de venir hasta ti
Y aquí estoy, incapaz, encallada
Mis palabras, alas de blanca nieve, muerden
despojos expuestos al azar de los perros

He olido el bálsamo que despide tu alma
Te mueves fugitivo inconsumible, inagotable
Hombre cubierto luz incierta, párpado
La más bella brida que domina el paisaje
Hombre venido sobre los tejados
Abres lanzas al suelo duro y seco que adora la mañana
Sales inmenso, agraviado como el mar
todo espuma sobre las piedras de la playa
…y no veo el camino

No hay nada que sea, que no esté extendido
Y aquí estoy, llena de espanto y llanura
desfigurando las copas de los árboles
Detén por mí la horda de los pájaros carroñeros
que desfiguran mi alma
y a los peces que viven en el mar
¿Acaso no ves cómo brillan sus mandíbulas?
Detén esta fatiga sublime, la duda
que pace ante mis ojos
sobre las olas el si-no fermentando
Dividida está la tierra, el ir y venir del arado
En las mallas de tus trabadas redes
escupo bocas, cadáveres, lamentos
derramo besos y abrazo el amor.
 

3 comentarios:

Pedro Vera dijo...

"...En las mallas de tus trabadas redes escupo bocas, cadáveres, lamentos...
derramo besos y abrazo el amor..."

Hermosa contradicción final que cierra este hermoso poema.

Luis Artigue dijo...

me gusta!

alejandro dorado dijo...

me lo lleve a mi casa. necesitaba esa delicadeza tuya